Urbanismo Táctico. Una solución económica para implementar planes de movilidad

Escrito por: Ing. Guadalupe Isabel Rodríguez Rodríguez

Profesora principal de la escuela ramal del transporte en Cuba.

El urbanismo táctico es un proceso colaborativo para recuperar el espacio público y maximizar su valor compartido, y se realiza a través de intervenciones temporales, a pequeña escala, de bajo costo y rápida implementación, diseñadas para mejorar el uso de estos espacios. Este enfoque permite probar ideas y evaluar su impacto antes de hacer cambios permanentes. Es una herramienta poderosa para el rediseño participativo de las ciudades, que busca crear espacios más humanos y funcionales, permitiendo que las comunidades tomen un papel activo en la transformación de su entorno urbanístico.

Asimismo, ha demostrado ser una herramienta de gran utilidad para redistribuir el uso de las vialidades, asignar más espacio a las aceras y ciclovías, promoviendo la movilidad peatonal o no motorizada en respuesta a las necesidades actuales.

La Habana, que cuenta con un Plan de Movilidad Urbana Sostenible aprobado y en fase de implementación, ha presentado dificultades en este proceso debido, fundamentalmente, a no contar con el financiamiento requerido. Por este motivo, en la intersección de las calles Moboa y Arango con la Calzada de 10 de Octubre, uno de los ejes viales principales de la ciudad, se elaboró e implementó un proyecto sobre bases de urbanismo táctico, a partir de una zonificación funcional materializada gráficamente en el pavimento, con inserción de mobiliario urbano con sus diferentes usos y roles del espacio público.

Estas intersecciones, generadas por la morfotipología del trazado urbano, contenían un espacio público ocupado por el vehículo en un contexto de complejo posicionamiento contra el peatón, y descualificaban espacios de encuentro ciudadano. Por tanto, la oportunidad de generar nuevas áreas de encuentro y estancias seguras, accesibles y atractivas se convirtió, con la implementación de este proyecto, en una extensión de los servicios de las funciones adyacentes. Gracias a su geometría, fue posible la diversificación funcional que propició singulares cambios de escenario y disfrutar de nuevas “plazas” con variados servicios y actividades recreativas para niños y adultos.

Entre las acciones realizadas, se pintó un mural en la fachada de uno de los edificios multifamiliares emplazado en Moboa; se restringió la circulación vehicular en esta vía, convirtiéndola en una vía peatonal desde la Calzada de 10 de Octubre hasta la inflexión que adopta con el edificio de vivienda con propuesta de fachada portadora del mural. El resto de la calle funciona como calle-parque. Se establecieron normas de regulación para controlar el parqueo vehicular de uso exclusivo para los vecinos del lugar.

El urbanismo táctico permite transformar espacios públicos mediante intervenciones temporales, de bajo costo y rápida implementación, fomentando la participación ciudadana y mejorando la movilidad no motorizada en contextos urbanos.

En espacios propuestos, se delimitó la posible circulación vehicular en escenarios de emergencia con 3.00 m de ancho, cuyo eje central coincide con la calle Municipio. Para garantizar la accesibilidad vehicular exclusiva, se colocaron bolardos desmontables; además, para proteger la zona peatonal, se marcaron líneas de delimitación de sendas paralelas a las vías.

Para asegurar una continuidad de pavimento en las áreas viales a intervenir, se realizó una previa reparación de la faja de rodamiento del vial y un mantenimiento en el drenaje pluvial.

Para la calle Arango, la delimitación vial se llevó a cabo tomando como referencia el eje central de la calle Tamarindo en su intersección con la Calzada de 10 de Octubre, donde se conformaron dos carriles de 3.00 m de ancho cada uno y adaptados a sus sentidos de circulación. La solución reservó una franja de carga y descarga de productos para el almacén del restaurante y un área para zona de servicios variados.

En la calle Tamarindo se realizó un ensanchamiento en la acera del extremo sur, disminuyendo el ancho de vía a 6.00 m para sendas peatonales.

Esta intervención en el nodo de Tamarindo, aplicando un diseño de urbanismo táctico, contó con la participación y el apoyo de la comunidad, las instituciones especializadas y la consulta de las entidades rectoras, lo que permitió crear una nueva alternativa no contaminante y sostenible, refuncionalizar y cualificar el sitio en beneficio de la población en el municipio 10 de Octubre.

El proyecto no solo generó un beneficio social y económico en la formación de nuevos servicios comunitarios y puestos de trabajo, sino que también enriqueció un espacio multifuncional y de carácter inclusivo universal, con bajas intervenciones, un mínimo financiamiento y una movilidad baja en emisión de carbono a la atmósfera.

El caso de La Habana, específicamente en la intersección de las calles Moboa, Arango y la Calzada de 10 de Octubre, ejemplifica cómo este enfoque puede revitalizar zonas degradadas con el apoyo comunitario, creando espacios seguros, inclusivos y sostenibles, aun con recursos limitados. 

Fuente: https://www.pasajero7.com/urbanismo-tactico-una-solucion-economica-implementar-planes-movilidad/



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