- 1 agosto, 2025
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- Categoría: Artículos

Escrito por: Dr. Miguel Ángel Franco / Integrante del COMUJ / @mifrancov / @comuj_org
Si la primera parte de este análisis identificó los contrastes entre Chongqing y el Bajío-Occidente, esta segunda entrega explora cómo las soluciones chinas podrían adaptarse al contexto mexicano. Porque, más allá de las diferencias de escala y sistema político, ambas regiones comparten un reto fundamental: cómo mover a sus habitantes de manera eficiente, limpia y humana.
Para lograr dicha adaptación, se propone el uso de la paradiplomacia como parte central de las relaciones internacionales. Más allá de los gobiernos centrales, la paradiplomacia —la colaboración directa entre ciudades o regiones— puede ser clave para adecuar soluciones chinas a México. Chongqing y el Bajío-Occidente podrían intercambiar conocimientos en movilidad y planeación urbana mediante acuerdos locales, evitando las burocracias nacionales. Esta práctica, ya utilizada por ciudades globales, permite implementar innovaciones con agilidad, atendiendo necesidades específicas de cada territorio.
Chongqing ha abordado el desafío de la movilidad urbana sostenible con una combinación de audacia técnica y planificación a largo plazo. Su red de metro no solo es un sistema de transporte, sino toda una filosofía urbana. Cuando los ingenieros se encontraron con una montaña que bloqueaba el paso de la Línea 6, no la rodearon: perforaron un túnel de cuatro kilómetros y colocaron una estación en el centro. Cuando el terreno era demasiado irregular para construir autopistas, edificaron el monorriel elevado más largo del mundo. Esta mentalidad de “no hay obstáculos, solo soluciones por descubrir” es precisamente lo que el Bajío necesita adoptar.
Pero, ¿cómo trasladar estas ideas a una región donde predomina la baja densidad y los presupuestos son limitados? La respuesta está en adaptar, no copiar. Donde Chongqing construyó metros subterráneos, el Bajío podría implementar sistemas masivos de tren ligero o BRT (Bus Rapid Transit), de menor costo pero alto impacto. Los proyectos del Macrobús en Guadalajara y el Optibús de León muestran el camino, pero necesitan mejorar sustancialmente y extenderse a toda la región. Imagínese un sistema integrado de calidad que conecte a cada una de las metrópolis más representativas del Bajío: Guadalajara, Aguascalientes, León, San Luis Potosí y Querétaro.
Los teleféricos urbanos, otra especialidad de Chongqing, podrían ser particularmente adecuados para ciudades del Bajío con topografía complicada. Guanajuato capital, con sus cerros y barrancas, sería un candidato ideal para un sistema de este tipo que conecte las zonas altas con el centro histórico. No se trata de soluciones exóticas: Medellín (Colombia) ya demostró cómo los teleféricos pueden transformar la movilidad en ciudades de tamaño medio.
El espacio público es otra área donde el Bajío podría aprender de Chongqing. La ciudad china ha convertido sus riberas fluviales en andadores peatonales y ciclistas de primer nivel. El Bajío, con sus múltiples ríos y arroyos —muchos de ellos actualmente subutilizados o contaminados—, tiene una oportunidad similar. El río Querétaro, por ejemplo, podría transformarse en un eje verde que una la zona centro con las áreas industriales, combinando caminos peatonales, ciclovías y transporte público.
La tecnología también juega un papel clave. Chongqing ha desarrollado aplicaciones que permiten planificar viajes combinando metro, autobús y bicicleta compartida con un solo pago. El Bajío-Occidente, con su ecosistema de startups tecnológicas, está perfectamente posicionado para desarrollar soluciones similares adaptadas a sus necesidades. Una app regional de movilidad podría incluir desde los autobuses urbanos hasta los trenes interurbanos (cuando finalmente se construyan), pasando por sistemas de bicicletas compartidas.
Pero ninguna de estas ideas tendrá éxito sin un cambio en la gobernanza. Chongqing funciona porque tiene una autoridad metropolitana con poder real. El Bajío necesita urgentemente mecanismos similares de coordinación, tal vez empezando por un Consejo de Movilidad del Bajío-Occidente, con representación de todos los estados y municipios involucrados. Este organismo podría encargarse de planificar la red regional de transporte, estandarizar tarifas y coordinar inversiones.
La paradiplomacia y el intercambio directo entre regiones como Chongqing y el Bajío-Occidente pueden ser una vía efectiva para adaptar soluciones de movilidad sostenible a contextos locales sin depender de los gobiernos centrales.
Los beneficios económicos de esta transformación serían enormes. Según estudios del Banco Mundial, cada dólar invertido en transporte público eficiente genera hasta cuatro dólares en retornos económicos, gracias al ahorro en tiempo, combustible y salud pública. Para una región que se autodenomina el motor industrial de México, mejorar la movilidad no es un gasto: es la mejor inversión posible.
Al final, la lección más importante de Chongqing no es técnica, sino filosófica: una ciudad (o región) que aspire a tener bienestar y calidad de vida en el siglo XXI debe poner la movilidad sostenible en el centro de su planeación. El Bajío-Occidente tiene todos los ingredientes para hacer esta transición —dinamismo económico, capital humano, instituciones sólidas—; solo le falta la voluntad política para actuar a la escala que el desafío requiere.
Cuando los habitantes del futuro miren atrás, ¿dirán que el Bajío desperdició su potencial o que supo reinventarse como una región moderna, conectada y sostenible? La respuesta se está escribiendo ahora, en cada decisión (o postergación) sobre trenes, ciclovías y espacios públicos. Chongqing ya hizo su apuesta. Le toca el turno al Bajío-Occidente.
El Bajío-Occidente tiene el potencial para transformarse en una región moderna y sostenible si adopta una mentalidad innovadora, invierte en movilidad integrada, y establece mecanismos de gobernanza regional que coordinen proyectos e inversiones.
Fuente: https://www.pasajero7.com/chongqing-china-y-bajio-occidente-movilidad-sostenible-y-paradiplomacia/