Impacto económico de la peatonalización en las ciudades

ESCRITO POR: JMSc Ing. Jesús Uzcátegui Miranda / Miembro de ALATPU

Peatonalizar se puede definir como el proceso mediante el cual las calles habitualmente ocupadas por el tránsito de vehículos son habilitadas para el acceso preferente (con o sin exclusividad) de peatones. La intervención de la administración de una localidad en un proyecto específico, así como el resto de agentes (comerciantes, vecinos, etc.) de la “escena” configuran el modelo de espacio urbano y genera unos impactos estéticos, sociales y económicos.

Con la intención de poner en valor lo que se ha hecho respecto a este aspecto en algunas ciudades del mundo, se analiza en concreto el impacto que las medidas previstas por las autoridades respecto a la peatonalización de centros históricos o zonas de revitalización seleccionadas por su potencial, y cómo puede ello generar beneficio en la economía de los ciudadanos, tanto residentes como comerciantes.

La estimación de la repercusión económica de la peatonalización, requiere que se conozca la situación actual, analizando el desarrollo en zonas similares a la que se quiere intervenir, se proceda luego a la construcción de un modelo económico que aglutine la repercusión que se produce a corto, medio y largo plazo, cuantificándose la variación de riqueza que se produce directamente en el tejido comercial, e indirectamente en el entorno.

Como es bien sabido, los procesos de peatonalización se caracterizan por una primera oposición popular hacia este tipo de medidas, principalmente por parte de residentes y comerciantes. Además del análisis y viabilidad que recogen los estudios de caso, se complementa con el estudio de otras experiencias, tanto nacionales como internacionales, que permita ver lo que se ha desarrollado, cómo y con qué consecuencias en otras ciudades del mundo, tomando también algunas referencias de patrones generales de actuación antes, durante y después de las intervenciones, en procura del éxito de los proyectos.

Por ejemplo, en España a 2010 se tenían contabilizadas hasta 42 capitales de provincia donde ya se había realizado algún tipo de peatonalización en sus calles. Dentro de ellas, ciudades con menos de 80.000 habitantes como Cuenca, Pontevedra, Segovia, Toledo y Zamora. Junto a estas capitales, al menos otros 69 municipios con zonas peatonales ya establecidas, lo cual demuestra cómo esta tendencia no es sólo característico de capitales de provincia.

Revisando datos, se han recogido una serie de experiencias internacionales, de forma que se observan diferencias o analogías en el proceso de peatonalización de las zonas más importantes y céntricas de algunas ciudades. Fue en los años 20 del siglo pasado, cuando en algunas ciudades de Estados Unidos se comienzan a constituir las primeras áreas peatonalizadas. Esta forma de intervención urbanística fue rápidamente imitada por algunas ciudades europeas, como las pioneras Essen y Colonia en Alemania o Copenhague en Dinamarca, ciudad en la que se peatonalizó casi la totalidad de su centro histórico. Oaxaca en México, Bogotá en Colombia y Caracas en Venezuela (hito de los años 80´s con el Boulevard de Sabana Grande, el de Catia, el de la Hoyada, el de Colegio de Ingenieros, entre otros casos asociados a la implementación del Metro en esa ciudad) son otros ejemplos significativos, revisando referencias latinoamericanas.

Pero he querido destacar el caso de Montevideo, capital y ciudad más grande de la República Oriental del Uruguay, siendo la capital más austral de América. Montevideo es la ciudad latinoamericana con la mayor calidad de vida y se encuentra entre las 30 ciudades más seguras del mundo, además de vivir una estabilidad social y económica destacable que lleva ya muchos años luego de que se acabara la última dictadura.

En el caso que nos ocupa, el proceso de peatonalización se inició hace 8 años, con las calles Sarandí y Pérez Castellano, junto con la reapertura del teatro Solís y la demolición de viejas casas. Se buscaba recuperar el valor patrimonial de la Ciudad Vieja y promover que ese barrio se transformara otra vez en un lugar de residencia. Entre 1986 y 1996, la Ciudad Vieja había perdido un 20% de su población. En los 3 años siguientes, hubo otra zona de la Ciudad Vieja que se revitalizó, son las calles linderas al Mercado del Puerto, que empezaron a llenarse de casas de decoración, ropa, galerías de arte y fotografía. Gracias a estos comercios, se gestó de manera espontánea un circuito comercial y artístico que atrajo al público joven y a los turistas de cruceros.

Tras la peatonalización, además de la revitalización de la zona, ha atraído la venta ambulante a la peatonal Sarandí, realizando una competencia desleal por ofrecer artículos de contrabando y generar disturbios. Por este motivo, la Intendencia de la ciudad estableció un decreto para reglamentar a los vendedores ambulantes de la peatonal Sarandí. En el año 2006, la Intendencia de Montevideo llevó a cabo un proceso de peatonalización de las calles Pérez Castellano, Piedras y Yacaré en el marco de políticas municipales de “restauración” de ese barrio. El costo de esas obras rondó los USD 350,000. La intención es unir las peatonales Sarandí y Pérez Castellano para generar un circuito turístico sin paso de vehículos particulares.

Los cambios urbanísticos previstos en el entorno del Mercado del Puerto (visita ineludible para los turistas extranjeros) incluían un reciclaje completo de los edificios históricos. Para los comerciantes y artistas, el proyecto de peatonalizar las calles Pérez Castellano, Piedras y Yacaré era muy beneficioso para el turismo, y posibilitaba que allí se instaurase un verdadero circuito artístico. El proyecto de peatonalizar las calles Pérez Castellano, Piedras y Yacaré motivó a los comerciantes, que invirtieron y prepararon nuevos proyectos para revitalizar la zona e instaurar el circuito artístico. No obstante, los comerciantes exigieron que se tomaran medidas de seguridad necesarias para no ahuyentar al público, buena iluminación y con bancos para que la gente se pudiera sentar, tratando de evitar los problemas de la Peatonal Sarandí.

Los comerciantes agrupados en la comisión de fomento “Pérez Castellano” tenían varias propuestas para la zona, una vez que la peatonal estuviera terminada, con fines de semana donde se organizasen eventos (exposiciones fotográficas, etc.). Todo resultó en que la zona se fue recuperando, incluso se revalorizaron las viviendas. Se atrajo a inversores privados de Estados Unidos, Canadá y China, con intención de construir edificios para oficinas y residencias en la Ciudad Vieja. En 2008 se procedió a la peatonalización de varias calles de esta ciudad, entre ellas, la recuperación de la calle Nuestra Señora de la Encina, cuyas obras comprendían la peatonalización de la arteria con la colocación de adoquines, el reacondicionamiento de fachadas y la instalación de puestos de artesanías, gastronomía y antigüedades para el turismo.

Estas obras contaron con la aprobación de los vecinos, pese a la lentitud con que se llevaron a cabo los trabajos. Para la realización de la obra se firmó un convenio con el Consejo de Educación Técnico Profesional, a efectos de que participarán estudiantes y docentes de la Construcción. Así, las obras fueron llevadas a cabo por estudiantes de la Escuela de la Construcción de la UTU, motivo por el cual el plazo de ejecución fue mayor. Pero era necesaria incorporar la variable “Participación Ciudadana” para cerrar el círculo de éxito que se pretende en estos casos y crear la identidad y sentido de pertenencia necesarios.

La obra se enmarcaba en un circuito turístico pensado para el barrio Palermo, que también abarcaba la colocación de 14 estatuas y bajorrelieves mediante un llamado abierto a artistas plásticos que debían presentar sus propuestas basadas en el tango y los pregoneros de la antigua ciudad de Montevideo. Estas obras han sido colocadas en un circuito comprendido por las calles Salto, Magallanes, Encina y Gonzalo Ramírez al Sur. La recuperación de esta vía abarca unos 200 metros desde Maldonado hasta su finalización en la plaza “Juan Ramón Gómez”. Además, previamente se había procedido a la recogida de firmas para que la calle Encina pudiera recuperarse mediante el Presupuesto Participativo, maravillosa figura de ejercicio ciudadano en mancuerna con el gobierno.

En este caso, se utilizaron adoquines de granito y concreto que fueron retirados por la Intendencia de otros lugares de Montevideo, por lo que algunos son muy antiguos. Los adoquines no solo son caros sino que también son más difíciles de colocar, por la técnica constructiva que debe aplicarse para garantizar el adecuado escurrimiento de las aguas, al mismo tiempo que no se ponga en riesgo la estabilidad de la cota de rasante en favor del tránsito rodado y peatonal por sobre todas las cosas, beneficiando el paso de coches o carreolas para bebés, personas en sillas de ruedas, etc. La propuesta de recuperación de la calle Nuestra Señora de la Encina surgió en el marco del Presupuesto Participativo 2006 y tuvo un costo estimado de USD 1,450,000.

Muchos propietarios de comercios creen que las plazas de estacionamiento delante de sus tiendas son esenciales para sus ventas. Pero la experiencia en muchas ciudades del mundo dice que la conversión de calles en áreas peatonales permitiendo el acceso sólo para el transporte público y para carga y descarga, controlada en cuanto al tamaño de los vehículos repartidores, ha incrementado los ingresos del comercio local. En el gráfico adjunto se muestra el incremento (en tanto por cien) de la actividad comercial tras la peatonalización.

PAG 25

Se observan ciudades como Hereford (Reino Unido) y Kalamazoo (Michigan, EEUU), con poblaciones de 58,281 y 77,145 habitantes, respectivamente, que han aumentado la actividad comercial entre un 12 y un 15%. En Copenhague, donde los comerciantes se opusieron al cierre de las calles -aunque hoy cueste creer esto, de este paraíso para peatones y ciclistas-, más tarde reportaron incrementos en las ventas que variaban entre el 25% y el 40%.

Las buenas experiencias no son sólo europeas y hay que admitir también que algunos países de América Latina han hecho lo propio.

Los comerciantes sí están muy al tanto de los beneficios de las peatonalizaciones. En Minneapolis, EE.UU, los comerciantes no sólo estuvieron de acuerdo, además acordaron con la autoridad cofinanciar las obras, lo cual es algo atípico en cuanto a las experiencias que se han revisado. China por su parte, la economía que más rápidamente crece en el mundo, se está apoyando fuertemente en áreas peatonales para desarrollar los mercados internos. En Shanghai, la zona de mayor actividad económica es justamente un paseo peatonal, la vía Nanjing, que tiene una longitud de 5 km y donde se ubican 350 locales y los más prestigiosos hoteles y grandes tiendas. Se convierte en visita obligada para los turistas. Durante su inauguración en septiembre de 1999, los comerciantes reportaron ventas un 30% mayores. El caso de la vía Nanjing es tan potente, que otras ciudades chinas lo están imitando, siendo la ciudad de Dongguan la más ambiciosa: un proyecto peatonal 200 metros más largo que la vía Nanjing que es impulsado desde el comerciante más simple, hasta el Presidente de la Cámara de Comercio del país y que es administrado como una gran empresa que inclusive tiene un gerente general y cuyo lanzamiento tuvo incluso estrellas televisivas.

Ciudades más pequeñas y proyectos más modestos, de todas formas, confían también en las áreas peatonales como una manera efectiva que al mismo tiempo revitaliza los centros de las ciudades, cuidando de no propiciar la gentrificación -aunque eso es materia de otro análisis-, incrementar los negocios, generar espacio público atractivo para los ciudadanos y promocionar el turismo.

Se debe hacer el respectivo análisis de Benchmarking, que se complementa con un conjunto de datos de las ciudades que se consideran para la evaluación, teniendo en cuenta que debe haber cierto grado de comparación por idiosincrasia, tipo de clima o similitud en las actividades que se pretenden, para que haya más congruencia en el análisis. De esto, destacan valores estadísticos o cuantificables de las experiencias, de tal forma que se puedan extrapolar datos como:

  • Revalorización de la zona (residencial y/o comercial)
  • Variación del producto urbanístico tras la actuación urbanística
  • Incremento de ventas de los negocios existentes en el área de actuación.
  • Distintos grados de desarrollo comercial en el ámbito de actuación, revisando la zonificación (eje principal, secundario, etc.).

Luego de ello, se establecen los criterios de evaluación con el fin de poder conocer la variación de valor que se genera en un proceso urbanístico de peatonalización con éxito. Para ello, se lleva a cabo un trabajo de campo en el ámbito de actuación que permite identificar la situación actual del comercio, y aplicar a este escenario los avances promedios conseguidos en otras ciudades similares, que permita definir cuál va a ser la tendencia del desarrollo que se va a producir en esta área, y su repercusión económica en el entorno.

Así, delimitado el ámbito de actuación, se procede a inventariar la oferta existente, tomándose al mismo tiempo algunos testigos de los precios ofertados de inmuebles situados dentro de esta área. Con los datos, obtenidos del trabajo de campo, se estima para el ámbito de estudio, la siguiente información, considerada como mínima necesaria:

  • Superficie de la oferta comercial.
  • Porcentaje de introducción del uso comercial sobre el total de los inmuebles situados en planta baja con fachada a vía pública.
  • Superficie de la oferta residencial actual en planta baja.
  • Otros usos en planta baja.
  • Paralelamente, se han analizado otras experiencias similares, ya consolidadas, que ha permitido promediar:
  • Porcentaje de inmuebles de uso comercial situados en planta baja con fachada a la vía pública en ejes principales.
  • Porcentaje de inmuebles de uso comercial situados en planta baja con fachada a la vía pública en ejes de áreas colindantes al eje principal.
  • Incremento de valor medio que experimentan los inmuebles comerciales situados en el área de actuación.
  • Incremento de valor medio que experimentan los inmuebles de uso residencial situados en el área de actuación.

Luego de revisar todos estos cuestionamientos, se procede con el cierre del análisis de las experiencias, que debe reflejar que se pueden alcanzar mejoras en los siguientes aspectos:

1. Medioambiental

Se consigue una mejora medioambiental a corto plazo, reduciéndose la contaminación acústica, reduciéndose sustancialmente la polución, los índices de accidentes, entre otras variables que abonan a la mejora de la calidad de vida.

2. Turística

Principalmente en las ciudades más importantes, Centros Históricos, se consigue potenciar la atracción de turistas (nacionales y/o extranjeros) que dan vida a estos espacios, y contribuyen económicamente a mejorar el entorno inmediato y la economía local de la ciudad. Se suelen restaurar e iluminar los edificios históricos de los centros de las ciudades que sirven de atractivo a los visitantes.

3. Identidad

Se conseguirá una mayor identificación y representatividad de los vecinos y del resto de la población con un espacio que les reporta tranquilidad, confort, etc., de manera que este entorno lo identifiquen como algo suyo, perteneciente a su vida cotidiana y se incluya su uso cotidiano como una más de las costumbres generales de una ciudad. En general, las actuaciones de esta envergadura (peatonalizaciones) modifican los centros atractores de estos espacios, potenciándose las compras y el ocio y, reduciéndose los de trabajo (aunque el sector terciario puede llegar a crecer de manera importante) y estudio.

4. Estético

Generalmente las actuaciones urbanísticas de estas características (peatonalizaciones) además de la reconstrucción de aceras y vialidades en general (obra civil), vienen aparejadas con renovaciones de mobiliario, aperturas de calles antes cercenadas de circular o iluminaciones de Patrimonios Urbanísticos, etc., que potencian y facilitan el uso de estas zonas.

5. Cultural

Representación de actuaciones callejeras, adornos de tipo pasacalles, eventos artísticos, etc. que no hacen otra cosa que “dar vida propia” a estos espacios, donde coexisten los que van de compras, de visita turística, de paso, etc., y principalmente los que pueblan estos espacios.

6. Social

Aumento de la sociabilidad por apropiación del peatón del espacio peatonalizado, siendo éste el eje respecto al cual gira la toma de decisiones. Las zonas peatonales constituyen un elemento que atempera y civiliza un entorno urbano cada vez más saturado y agresivo, tomado mayormente por frenéticos conductores que pueden irrespetar las normas de convivencia incluso más que las reglas de tránsito.

7. Economía

Incremento de la actividad comercial, con la consiguiente mejora económica del entorno, incremento de las ventas, apertura de nuevos negocios, incremento de la demanda, creación de nuevos puestos de trabajo, incremento de recaudación de impuestos, incremento del valor inmobiliario, etc. Es necesario vincular el proceso de peatonalización con una apuesta decidida por el “Centro Comercial Abierto”,  inspirándose en las zonas peatonales de muchas ciudades alemanas que configuran un espacio público propicio para el comercio. Respecto a esto, en las experiencias internacionales se ha llegado a cuantificar un incremento en ventas que va desde el 20% hasta el 40%, lo que supone que a medio plazo esta actuación generará un potencial de riqueza en la zona, que inicialmente se verán recompensados los integrantes del tejido comercial y posteriormente el entorno. Por otro lado, los inmuebles residenciales suelen revalorizarse en un 40% con respecto a las zonas aledañas no afectadas por la peatonalización y los comerciales en más de un 50% de sus ventas.

Los procesos de peatonalización y pacificación del tránsito que se desarrollan mayormente a partir de los PIMUS (planes integrales de movilidad urbana sostenibles), y considerando los resultados del escenario moderado de análisis, los efectos podrían resumirse a manera conclusiva de la siguiente manera:

  • Transformación de usos del suelo, previo establecimiento de un patrón de desarrollo urbano, en materia comercial, de vivienda y de servicios; esto puede tener las siguientes fases:
  • El cambio de uso generará un aumento de ventas en el sector comercial de un 0% de media a lo largo del período de desarrollo.
  •  Incremento de las plusvalías residenciales, que puede rondar entre un 10 y un 15%.
  • Incremento de las plusvalías comerciales, que pueden rondar entre un 20 y un 30%.
  • Aumento en la recaudación a lo largo del período de consolidación, que debe etiquetarse en el mantenimiento de la infraestructura del sector intervenido, pero además en hacerlo crecer y desarrollarse en su vocación conceptual.
  • Se generarán empleos entre independiente y asalariados, en un plazo que es variable de acuerdo a la dinámica económica de la ciudad y país, pero que definitivamente será un foco evolutivo.

Cada caso es diferente, pero ciertamente peatonalizar es sinónimo de una transformación estructural de la ciudad y esto, tiene una connotación directa en el buen desempeño económico de las poblaciones donde estos fenómenos suceden, así como la evolución de sus habitantes.

Fuente: https://www.pasajero7.com/impacto-economico-de-la-peatonalizacion-en-las-ciudades/



Categorías
Artículos

Deja una respuesta